Axel Hütte, abducción y narración

Axel Hüte. En tierras extrañas, Fundación Telefónica, Madrid.
Publicado en Cultura/s, 24 de septiembre de 2008

Del naturalista Alexander von Humboldt al cineasta Werner Herzog (Aguirre, Fitzcarraldo), esde
principios del sigloXIX exploradores, científicos y artistas alemanes han sido atraídos por la naturaleza ignota de Latinoamérica. En esta tradición viajera hay que incluir al fotógrafo Axel Hütte (Essen, 1951) que, si bien inició su carrera en el terreno de la arquitectura siguiendo
a sus maestros Hilla y Bernd Becher, a raíz de un trabajo en la Toscana a comienzos de los años noventa, giró su mirada hacia el fondo, convirtiendo desde entonces su trabajo en una de las propuestas más relevantes en la representacióncontemporánea del paisaje.
En esta ocasión, y gracias al patrocinio de Telefónica, Hütte retoma el itinerario de los conquistadores españoles en el Nuevo Mundo, con incursiones en México, Belice,
Argentina, Venezuela, Ecuador y Chile. Se trata de fotografías captadas en los dos últimos años, a las que se suman las ya realizadas sobre las islas Canarias y mostradas en la Fundación César Manrique en 2004, y una muy reciente serie del Jardín del Príncipe en Aranjuez.En total, treinta y cinco fotografías en gran formato de paisajes inhabitados para evocar el asombro ante la Naturaleza, o cómo revivir el sentimiento de lo sublime en este tiempo de escepticismo. Elevado
objetivo que Hütte persigue huyendo de lo documental –que desde sus inicios al emporio National Geographic tanta popularidad ha cosechado a la fotografía–, para iniciar un meticuloso proceso, de periplo en el espacio y el tiempo, en donde tan importantes son la paciencia ante las condiciones atmosféricas apropiadas, las lecturas literarias, la reflexión sobre paisajes pictóricos, fotográficos y cinematográficos, como la elección y reconstrucción última de la imagen en el
estudio, una vez sedimentado el viaje. En esta huida de lo monumental y panorámico, para simular una primera mirada, sus recursos son muy variados: largas exposiciones, encuadres muy ajustados para provocar tensión, horizontes demasiado altos y bajísimos, incluso
inversiones en las tomas, como ocurre en sus paisajes acuáticos.
Pues, aunque estas imágenes muestran los cuatro elementos: tierra, fuego, aire y agua, con incendios, volcanes, selvas y mesetas alucinantes, son siempre las sutilidades de nubes y brumas, y los reflejos cristalinos en cuevas y estanques donde el lirismo de Axel Hütte alcanza su máxima expresión.
Ysi es evidente que se sustentan en un diálogo con la pintura (desde Monet a Rothko, se ha señalado, pero asimismo con dibujos de japonaiseries); también, asistidas por la impresión animada que desprende su virtual movimiento, rivalizan con el lenguaje cinematográfico.
En estas fotografías, sus imágenes de ensoñación son casi abstractas, y los lugares de procedencia, indiferentes por indiscernibles. Al final, el deseo de conciliar abducción
contemplativa y narración, es decir, memoria, justifica la inclusión en este cuidado catálogo de
fragmentos de conquistadores y escritores latinoamericanos.