Fernando Botero. Pintor de colección

Publicado en Magazine, rev. dominical de LA VANGUARDIA, 18/6/2000

Fernando Botero, el artista vivo latinoamericano más conocido en todo el mundo, inaugura el próximo septiembre la Donación Botero en el Museo Banco de la República de Bogotá. Antes y en exclusiva en Europa, pueden verse más de ochenta obras de arte impresionista y contemporáneo de esta colección en la Fundación Banco Santander Central Hispano de Madrid, hasta el 4 de julio.

Con cincuenta años de profesión a sus espaldas, Fernando Botero (Medellín, 1932) nos recibe como un perfecto profesional del mundo del arte. Como en más de una ocasión él mismo se encarga de recordar en esta conversación, es uno de los principales artistas en la actualidad, con mayor popularidad entre el público y mejor cotización en el mercado. Pero, además, es un artista que cree en los datos de un largo curriculum: es capaz de recordar en qué año y qué museo adquirió una obra suya. A ello se suma ahora su faceta de coleccionista, que desempeña también de manera ejemplar: conoce perfectamente la procedencia de cada obra y respalda su elección con los préstamos que de ellas ha hecho ya a los principales museos del mundo. Con casas en Nueva York, París, Montecarlo e Italia se presenta como un gentleman cosmopolita y ahora, entregado a presentar su colección, se muestra deseoso de conceder entrevistas y ruedas de prensa. Accesible, relajado e incansable. Nos recibe en un lujoso hotel madrileño, vestido con una internacional americana príncipe de gales que al día siguiente, en la sala de exposiciones, luciendo como artista, cambiará por una gastada chaquetilla de ante. Desde el principio crea un clima de amabilidad. Después le veré posar con docilidad siguiendo las indicaciones de la fotógrafa, incluso cuando le hace dar una y otra vez pasos adelante y atrás cruzando los espacios de la exposición. Pero lo primero que me sorprende es su voz, muy cálida, y que envuelve en una conversación ágil, simpática, con ese gracejo del acento colombiano que enfatiza para redondear especialmente algunas palabras: “sensualidad”, “ternura”, “color”, “plástica”, como si fueran alguna de sus obras, esas “inflated images” que juegan con el equívoco de una cotidianeidad ensalzada junto a la mirada irónica que proyecta en el rol de sus personajes.
Ahora Botero está muy ilusionado con esta donación de noventa obras “de Corot a Barceló”, que satisfecho ve reunidas por primera vez, entre las que hay también piezas imprescindibles de la escultura contemporánea (Moore, Ernst, Calder, Caro ...) y a la que se sumarán más de cien obras suyas, entre pinturas y esculturas. Realmente se emociona cuando habla de su país, de su granito de arena para que las cosas mejoren: “Yo amo mucho a mi país. Y sobre todo ahora que está peor que nunca. Cuando pensé en hacer una donación, pensé lo primero en mi país. Es lo lógico. Allí hay museos, pero no colecciones de arte internacional. Con este gesto, se ha producido algo de optimismo, de alegría, de esperanza. Lo estoy haciendo ahora, en el peor momento político y económico, con la esperanza de que esto traiga un poco de alivio a la gente que está pasando un momento muy díficil. Espero que ayude a acelerar el proceso de mejoramiento. Y el placer que siento al hacer esto es mucho mayor que el de tener las obras, aunque sea doloroso desprenderse de ellas”
Le señalo que hoy en día no es tan frecuente la figura del artista-coleccionista, a la manera de Degas, aunque los artistas suelan intercambiar obra. Pero Botero contesta con orgullo de coleccionista que la mayoría de los artistas de su impresionante colección, valorada en 6.000 millones, están muertos: “de los vivos sólo conozco a Valdés, a Raymond Mason y a Mata, pero con ellos no hice ningún intercambio” Y subraya: “En este caso fue todo adquisición directa de la galería, como la de Richard Estes y la de Alex Katz” (que, como él, pertenecen a la galería Marlborough). “Lo demás ha sido sobre todo a través de las subastas”.
El éxito y su ojo de artista le han permitido hacerse en estos últimos treinta años con obras sin duda maestras (entre los españoles: varios Picasso, Miró, Dalí, Julio González, Tàpies, ... ) aunque lamente “lagunas tremendas: no hay ningún van Gogh, ningún Gauguin y ningún Cézanne ...” muy a su pesar, por los precios exorbitantes, como ha repetido una y otra vez a los medios. Pero por muy impresionantes que sean su Monet, su Sisley, sus Degas y sus Renoir, ahora comenzamos una conversación en la que pretendemos salirnos del guión promocional para hablar de su posición frente al arte contemporáneo.

Usted como coleccionista al principio se interesó por la pintura postcolonial. Una vez que “la vida comenzó a ser más fácil”, a raíz del reconocimiento mundial de su obra desde finales de los sesenta, la primera obra que adquirió para lo que después sería esta colección fue un dibujo de Léger. Quizá en un principio había una búsqueda de sus propios ideales ...
Yo he sido muy partidario de la pintura figurativa. Creo que la pintura figurativa puede ser más completa que la pintura abstracta, que es decorativa, en un sentido muy exigente, si se puede hablar así ... Y entonces las obras que adquirí en principio eran obras que tenían esta característica, que eran figurativas: Bonnard, Picasso, Bacon, obras que tenían más relación con mi posición de artista. Y después comencé a adquirir obras también abstractas, cuando empecé a pensar que quería crear un pequeño museo en Colombia.

¿Cuándo decide que esta colección será una futura donación para su país?
Hace como tres o cuatro años estaba en Mexico de vacaciones, en la piscina, y empecé a pensar en los cuadros, haciendo una recopilación en la mente, de cuadros que ni siquiera yo podía ver, porque la mayoría estaban guardados en el depósito ...

Así que las obras de tendencia abstracta las ha comprado recientemente
Sí, por ejemplo, el Tàpies, el Barceló, el Rauschenberg ... Con la idea de dar a la gente una idea más didáctica de cómo ha sido la evolución de los artistas del siglo XX. Obviamente el arte abstracto ha tenido un lugar prominente en la evolución del arte del siglo XX, yo diría que en realidad hay más obras de arte abstracto que figurativo y tuve que adquirir también obras abstractas. Cuando uno es coleccionista tiene que ser más tolerante que cuando es pintor.

Entonces, ¿cuál ha sido el criterio?
Nadie de la colección tiene relación conmigo. Yo tengo mis ideas, pero admiro ese sectarismo, ese individualismo o esa personalidad de los artistas que están aquí. Porque a mí me parece que un artista lo primero que tiene que tener es personalidad. Porque la historia del arte es la historia de la gente que ha tenido personalidad, que quisieron hicieron las cosas a su manera. Y eso es la historia del arte. Todos estos artistas tuvieron una posición muy clara, muy radical, muy distinta y por eso son respetables todos. Un Bacon es un Bacon, un Beckmann es un Beckmann y cada uno tiene su mundo, su universo, su manera de hacer. eso es básico en el arte. Yo no compro obras que se parecen a alguien, eso no me interesa. Sólo los que tienen una personalidad total.

¿Es ese personalismo lo que falta en el pop? Aunque su colección no tenga pretensión de exhaustividad –de hecho como ha señalado Juan Manuel Bonet en el catálogo faltan nombres de primera fila: Klee, Kandinsky, Mondrian ...-, sorprende un poco la ausencia de los artistas del pop norteamericano
Tuve obras pero me arrepentí. Dos veces he tenido Wesselmann en casa pero a la semana estaba aburrido y lo devolví. También me han ofrecido muchas veces Warhol, pero siempre me ha parecido que tenía un precio excesivo, como si fuera un Picasso, sobre todo considerando que toda esa obra es seriada.

Pero el pop es el inicio de una cadena de rupturas en el arte que llega hasta hoy, ¿cómo ve la situación del arte actual?
La causa de la decadencia del arte, según mi punto de vista, es que ha perdido no sólo su propósito: que sería, para mí, dar placer y ennoblecer al hombre, y se ha remplazado más bien por el interés en producir shock o “epatar al burgués”. Y por otra parte, la esencia de la pintura, que es una superficie plana con colores y formas, pues también se perdió.

¿Se refiere a los nuevos lenguajes ...?
Obviamente el vídeo, la instalación y todo eso son formas de expresión artística, eso no lo discute nadie. Pero que tienen que ver más con el cine, con la fotografía o con el teatro, que con plástica. Porque las artes plásticas son artes plásticas: la pintura, la escultura y la arquitectura, son las artes plásticas, sobre todo la pintura. Y eso tiene una esencia y es que la pintura se hace sobre una superficie plana. Muchos artistas piensan que hoy en día ya no se debe pintar sino hacer vídeos. Y sí, son artistas, nadie ha negado que sean artistas, y eso es arte, indudablemente; pero que eso vaya a reemplazar a la pintura, no. Esa falta de propósito y falta de esencia ha creado una grave crisis en el arte.

¿Cuál es, en su opinión, la salida?
Como el arte evoluciona y reacciona contra lo que se hace no tendría nada de extraño que viniera una nueva generación de artistas que restableciera la esencia y el propósito del arte, hacia un arte con más sentido.

¿En esa línea de reacción?
Sí, porque uno ve cómo el arte ha evolucionado. Por ejemplo, vino como una simplificación a través del abstraccionismo y la frase famosa de que “menos es más”, y cada vez el arte fue menos y menos hasta llegar al minimalismo. Y cuando llegó a ese minimalismo total, entonces se dio la reacción contraria y los artistas rompieron con el hiperrealismo, que era exactamente lo contrario. A veces el arte evoluciona así: está en un extremo y salta al extremo contrario. Ahora el arte está en un momento que es así: hacia cierta tecnología, hacia cierta deshumanización, hacia cierto teatralismo .. una cosa que tiene que ver más bien con la tecnología y no con las artes plásticas. Y entonces se puede producir una generación de artistas románticos, con gran intención en el oficio, en la poesía e incluso en la ternura, ¡hasta podría volver a pintarse cuadros tiernos!

Ya veo que para usted es una cualidad importante en el arte
Hoy en día es tabú una cantidad de cosas que nunca fueron tabú. Por ejemplo, la palabra ternura en arte pone enfermos a ciertos críticos. Yo siempre digo que ni Renoir ni siquiera Botticelli serían famosos si hubieran surgido hoy en día, sino que serían considerados artistas de quinta categoría porque son tan tiernos, ¡tan repugnantemente tiernos!. Pero el arte ha sido tierno muchas veces y hay obras maestras que son así, tiernas. Y no me extrañaría que de pronto viniera una generación que los llamaran “los tiernos”, por reacción contra todo este vandalismo artístico.

Desde luego no dejan de salir jóvenes que quieren volver a la pintura ...
Pues sí, puede haber una reacción. Porque el olor de la pintura, de la trementina, el tocar los pinceles, los colores, las telas ,... todo eso son las artes plásticas. Es el placer sensual que tiene el artista con sus materiales, con su trabajo todo el día. Otra cosa es que el artista hoy en día tiene una idea, y luego no tiene nada que hacer. Lo maravilloso del arte es que se trabaja con las manos, que es una pasión del día entero. Es una lástima que muchos artistas no hayan tenido el privilegio de gozar las artes plásticas, los materiales y el trabajo manual que encierran.

En su caso, a veces ha habido discrepancias entre la recepción de su obra por parte del público y por parte de la crítica. Es decir, Botero es un artista que llega universalmente a la gente pero entre la crítica ha habido muchas opiniones.
A mí no me ha hecho la crítica, eso es cierto. A mí me ha hecho el público. Al mismo tiempo yo soy el pintor vivo que más exposiciones en museos ha tenido en todo el mundo. Si usted mira un catálogo mío ve que hay más de ochenta exposiciones en museos, y los directores de museos también son críticos de arte.

Pero ¿usted se ha sentido perjudicado, como pintor figurativo junto a otros figurativos, por cierta crítica defensora de los valores de la vanguardia?
Debo decir que no. Bueno, sí, un crítico me pudo haber... o me perjudicó, digamos. (ríe). El perjuicio que puede hacer la crítica a un artista sí me sucedió en carne propia y lo sentí muy claramente. Porque cuando expuse mi primera vez en Nueva York ya había exhibido en el Museo de Arte Moderno un cuadro con una forma muy visible y había muy buen ambiente para mi trabajo. En la primera semana se vendió toda la exposición. Entonces, un crítico del New York Times terminó mi exposición: acabó con ella. Efectivamente, empezaron a llamar por teléfono los que habían comprado los cuadros: “Bueno, sabe que tal vez no ..., quizás no quiero esta obra... ” y me devolvieron casi todos los cuadros. Ahí sí sentí en carne propia. Claro, que hoy en día ningún crítico me puede tocar ni con un cañón, soy in-des-truc-ti-ble. Total, que hoy en día me da igual si hablan bien o mal. Pero entonces sí lo sentí, era un pintor joven que no tenía ninguna trayectoria. Pero hoy en día no hay ningún artista que tenga más libros ni más exposiciones que yo.

Al final de los años ochenta se produjo el boom del mercado del arte y la primera oleada de arte latinoamericano
La verdad es que el arte latinoamericano empezó a tener existencia a través de las subastas de Christie’s y Sotheby’s, eso fue saludable. Antes no existía un interés ni casi un conocimiento de la obra de los artistas latinoamericanos. Y estos catálogos y publicaciones de todas esas casas para los coleccionistas han empezado a crear un interés mundial por los artistas de Latinoamérica. Hoy en día hay muchos artistas que exponen en los grandes centros del mundo artístico y al mismo tiempo muchos artistas han sido replantados por galerías muy importantes y todo esto ha hecho que el arte latinoamericano haya empezado a existir.

Cuando se produce este boom usted ya es considerado un maestro
Yo fui tal vez el primer latinoamericano que tuve galerías importantes, sin contar obviamente a los grandes muertos: Lam ... Pero de esta generación que están vivos fui el primero en estar representado en galerías, museos, etc. En Colombia nadie había tenido una galería en su vida, nadie había tenido un marchand, nadie había expuesto en un museo. Fui como un pionero.

Su obra entonces se revalorizaría económicamente en el mercado ...
Todo el arte tuvo un boom enorme en los años ochenta. Después vino un periodo “de navaja” y bajaron los precios. Pero yo siempre tuve la política de que si se vendía un cuadro mío muy caro en una subasta yo no iba a tocar mis precios. Y así mis cuadros no han tenido ni subidas ni bajadas dramáticas. Se venden a un precio bien, soy uno de los artistas más cotizados. Y sigo vendiendo.

¿Va a seguir coleccionando?
Pues sí, mis casas han quedado vacías. Y cuando uno es conocido como coleccionista recibe montañas de catálogos y de fotografías de las galerías y toda clase de ofertas, así que llenaré los huecos que me han quedado en las paredes.

¿Y sus cuadros?
Yo no tengo obras mías en mi casa porque cuando uno tiene un cuadro propio en casa sigue pintándolo mentalmente ¡No hay descanso! De los otros no me importa, pero los míos sí los sigo pintando.

¿Cuáles son sus proyectos inmediatos?
Ahora tengo una gran exposición retrospectiva en Turín que dura hasta julio. Luego está todo este proyecto de donación en Bogotá y la plaza de las esculturas en Medellín. Y después el año entrante tendré una exposición en Roma, otra en París, en San Ildefonso de México, en un centro en el que hacen cosas muy interesantes. Todo el tiempo uno tiene invitaciones aquí y allá, y yo sigo trabajando. Yo trabajo muchísimo, todo el tiempo, es mi gran pasión. Un día sin trabajar para mí es como un día incompleto. Vivo trabajando y tengo una obra muy extensa porque he trabajado tanto. Mi primera exposición individual la hice en abril del 51: así que, usted imagínese, cincuenta años de trabajar todo el día es mucho lo que se produce, da para muchas obras.

De todas ellas, ha elegido un solo cuadro para esta exposición
Es representativo de las cien obras mías, entre pinturas y esculturas, que donaré a Colombia. Por otra parte, es un tema muy característico de mi pintura: la familia, que es un problema muy importante en Latinoamérica. Pero básicamente es el pretexto, la oportunidad de usar conocimientos de composición y color cuando se hace en un grupo. He hecho muchas composiciones de muchos personajes, porque es un problema más interesante que un solo personaje. Aparecen muchas relaciones de color. Es un tema superclásico. Un superbotero.

Rocío de la Villa


Comentarios de Botero sobre algunos cuadros de su colección (ilustraciones):

- Camille Corot, Gitana con pandereta (antes de 1862)
“Es el más antiguo de la colección. Es interesante porque Corot fue sobre todo paisajista y pintó relativamente pocas figuras. En este cuadro el fondo es un paisaje muy Corot, desdibujado. Y unos ocres y rojos maravillosos”.

- Aristide Maillol, Armonía (1944)
“Tiene esa cosa romántica, neoclásica. Es muy bella, muy tierna, muy poética”

- Henri Moore, Figura reclinada nº 7 (1978-80)
“Tiene mucha calidad, es de las mejores de estas figuras reclinadas”

- Pablo Ruiz Picasso, Hombre con pipa sentado (1969)
“Es admirable que este hombre a la edad que tenía cuando pintó este cuadro pintara el fondo con esa violencia”

- Francis Bacon, Estudio de un niño (1960)
“Creo que es el único estudio de un niño que hizo en su vida. Con una gran jugosidad y muy español, en cierto sentido”

- Max Beckmann, Madre y niño (1936)
“Admiro muchísimo a Beckmann. Esta composición es muy sorprendente”

- Giorgio de Chirico, Naturaleza muerta evangélica (1956)
“En esta época, no sé por qué, volvió a su estilo metafísico. Me hubiera gustado tener uno de 1919, pero son inaccesibles Tiene algo de oportunismo comercial, pero es un buen De Chirico”.

- Miquel Barceló, Ramo de flores inclinado (1998)
“Tiene una composición muy inesperada, con ese ramo cayendo, y además esa cantidad de materia, y ese amarillo casi de van Gogh. Me gustó desde el primer momento”

- Pierre Bonnard, Desnudo con silla (1935-38)
“Es importantísimo. Estuvo en casa de Bonnard hasta el final. La modelo es su mujer”

- Marc Chagall, El payaso volador (1981)
“Tiene una gran luminosidad. Chagall pintó tambien series comerciales, los floreros ... pudo hacer doscientos de aquellos floreros. Pero aquí se nota el esfuerzo creativo y tiene un colorido formidable”