La otra mitad. Amazonas del arte nuevo

Amazonas del arte nuevo, Fundación Mapfre, Madrid
Comisarios: Josep Casamartina i Parassols y Pablo Jiménez Burillo
Publicado en El Cultural, 21 de febrero de 2008

Tras la espléndida retrospectiva de la escultora Camille Claudel, la Fundación Mapfre presenta una exposición colectiva con cuarenta artistas mujeres cuyas obras cubren el largo periodo desde 1880 a 1950. Larguísimo, ya que el recorrido aborda desde la génesis del arte contemporáneo a los sucesivos movimientos e ismos de las vanguardias históricas: decadentismo, impresionismo, futurismo, cubismo, abstracción, vanguardias rusas, expresionismos, realismos y Nueva Objetividad …. Incluso, recalando en la inflexión del “retorno al orden” en la década de los veinte y, finalmente, con una incursión monográfica en las fotógrafas de los veinte y treinta todavía en el entorno surrealista –lo que bien vale una sola exposición que, de hecho, ya fue presentada por Marta Gili (“A doble cara”) en el marco de Feminismos de PhotoEspaña en 2002. Otra exposición implícitamente retomada aquí –aunque no en la bibliografía, abducida por referencias estadounidenses- ha sido también la de “Mujeres impresionistas”, celebrada en el Museo de Bellas Artes de Bilbao en 2001. Referencias que bien podrían haber persuadido del exceso en este empeño “panorámico”. Tanto más cuando los propios comisarios reconocen que, dada la importancia del número de artistas mujeres en este periodo, la exhaustividad resultaba inabarcable, admitiendo numerosas ausencias. Por otra parte, también resulta chocante que si, como se afirma en el catálogo, el propósito era contribuir a “la otra historia del arte”, sin embargo en los paneles explicativos de la exposición se sucedan los movimientos desde su descripción formalista, sin hacer apenas alusión a la misoginia -ya ampliamente estudiada- que sufrieron por parte de sus compañeros vanguardistas y que, junto con la de los historiadores coetáneos, explica el desconocimiento para el público todavía hoy de buena parte de la “otra mitad” de las vanguardias.
Tres obras –cuadros o esculturas- son poco para descubrir, para muchos en la primera contemplación directa en nuestro país, la obra de Anna Boch, Louise Breslau, Romaine Brooks, Marevna (Marie Vorobieff), Meraud Guevara, Grethe Jürgens o Toyen, por destacar algunas de las que llegan a conformar trayectorias más originales. En cambio, es un acierto haber seleccionado trabajos “raros” o no tan trillados de las más célebres, como Frida Kahlo. E insistir en las imágenes arrolladoras, como siempre, de las estampas comprometidas de Käthe Kollwitz y las abstracciones y paisajes de Georgia O’Keeffe. En cuanto al interludio fotográfico (Florence Henri, Dora Maar, Lee Miller), es muy de agradecer la casi veintena de autorretratos de Claude Cahun en tiraje de época.
Inscrita en la historiografía de recuperación feminista recopilada a principios de los 90 por W. Chadwick en su manual divulgativo Mujer, arte y sociedad, esta exposición, aunque no termine de apostar, abunda en la representación de la búsqueda de la identidad: retratos y escenas de mujeres que dan cuenta de las constricciones de una época, entre la “inquietud silenciosa” y el rol de “amazona”, popularizado por Tamara de Lempicka. La figura de la mujer viril, perfecto doble del dandy como señala en su texto Estrella de Diego, supuso entonces no sólo una vía de liberación, también una alternativa impuesta frente a la misógina figura de femme fatal heredada, a partir de Nietzsche, por el vanguardismo.