Madera de vanguardia

Un Bosque en Obras. Vanguardias en la escultura española en madera, Museo Esteban Vicente, Segovia
Publicado en “Libros”, suplemento cultural de LA VANGUARDIA, 4/8/2000

La vuelta al primitivismo como clave del origen de las vanguardias históricas es un buen punto de arranque para explicar la importancia de la escultura en madera a lo largo del siglo XX, un siglo tópicamente deslumbrado por la utilización de nuevos materiales (aceros, resinas, plásticos, etc.) que, en principio, parecen más aptos para expresar las innovaciones técnicas y expresivas. Sin embargo, como muestra José María Parreño, subdirector del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente de Segovia, precisamente es a través de este ancestral y cálido material como mejor puede apreciarse las renovaciones formales en la escultura española, que tradicionalmente ha estado ligada a la talla en madera de la imaginería religiosa.
El pequeño totem “Hombre de pie” (1907) de Picasso, inspirado en la figuración africana, decisiva para su “descubrimiento” del cubismo, es un magnífico primer paso en esta exposición que, a través de sesenta y cinco obras de treinta artistas pretende desgranar las tendencias surrealistas, constructivistas y povera, para cerrarse con el joven “totem” expresionista “Retrato de Antón Lamazares” (1984) de Francisco Leiro. En este recorrido cronológico hay obras muy notables: los árboles dalinianos de Alberto Sánchez, móviles y objetos encontrados de Ferrant, tiernas construcciones de Torres García o las sobrias y elegantes “esculturas de pared” de Gerardo Rueda. Entre los más cercanos, destacan las piezas ya clásicas de Schlosser y el minimalismo táctil de José Ramón Anda. Por otra parte, menos placer se desprende de la línea abstracta, donde la madera parece perder sus cualidades expresivas, incluso en manos de Chillida. Al final, el carácter antológico de esta muestra, en la que también pesa demasiado el respeto a las tradiciones regionales de Galicia, el País vasco y Cataluña – representada aquí desigualmente por Julio González, Miró, Cristofol, Subirá-Puig, Farreras, Villelia y Pep Durán-, casa mal con la inspiración poética latente en el catálogo, con textos de Antonio Gamoneda, John Berger y Bernardo Atxaga.