Producción, promoción y mercado del arte contemporáneo

Angela Vetesse, Invertir en Arte. Producción, promoción y mercado del arte contemporáneo, traducción de Isabel Oliver Cuevas, Universidad Politécnica de Valencia/ Ediciones Pirámide, Madrid, 2002.
Publicado en EXITBOOK, nº 2, 2003

Las conclusiones a las que llega Angela Vetesse sobre la inversión en arte no serían muy halagüeñas si hubieran de constar en la memoria de resultados de una cuenta: tratándose de arte, no parece haber reglas establecidas sobre el tipo de producto a adquirir, la duración óptima de la inversión y, mucho menos, sobre el margen de ganancias. Por ejemplo, parece razonable suponer que la obra de un joven artista podría proporcionar mayores dividendos en el futuro que una inversión más segura, pero también más elevada; sin embargo, tal artista puede esfumarse como valor en el mercado, aunque esta devaluación puede afectar también a artistas del pasado, cuya relevancia puede verse mermada por el gusto predominante en una época posterior. También los estudios llevados a cabo hasta la fecha por grupos aseguradores, consultorías, etc., sistemáticamente indican que la revalorización del capital invertido a medio plazo es menor en el sector del arte que en cualquier fondo de rentabilidad media. Pero incluso la consideración habitual de que el producto artístico requiere ese medio plazo se ve contrastada por las intervenciones especulativas, que bajo el imperio de la máxima “el tiempo es oro”, no tardan en amortizar el capital. A pesar de ello, como recuerda Vetesse, recogiendo la posición de los estudios clásicos de Raymonde Moulin, el arte ofrece al coleccionista privado un “coeficiente de placer” que hay que agregar a la posible rentabilidad, como también hay un plus en el “coeficiente de relaciones públicas” para el coleccionismo empresarial.
No hay en este ensayo de Vetesse ni una sola tabla, estadística o dato de nuevo cuño. Por otra parte, el terreno acotado, es decir, la escena internacional del arte contemporáneo con el habitual protagonismo de Estados Unidos, tampoco es un elemento que agregue utilidad específica para ese lector español, hipótetico inversor en arte. Pero el ciclo de la demanda a la oferta, es decir, partiendo de la figura del coleccionista para continuar con el papel de los intermediarios (galeristas y casas de subastas), la legitimación crítica y una introducción a las variables del marketing del producto artístico, es un itinerario inteligente y atractivo para presentar una introducción al sistema del arte actual que, recurriendo a todo tipo de fuentes (de lo sociológico a lo biográfico) suficientemente actualizadas, componen un retablo ágil y entretenido.